Mermelada sin azúcar

¡Hola hola!

A los que me seguís por facebook, os había enseñado hace un tiempo una mermelada de manzana casera riquísima y os debía la receta.

Como esa es muy sencillita, voy a explicaros otra que hice sin azúcar, que me parece más interesante, y luego os cuento cómo hice la de manzana.

Tenía el reto de conseguir una mermelada casera sin nada de azúcar que resultara rica. Pues bien, como tengo la suerte de disponer de unos estupendos kiwis caseros (¡gallegos!, nada más y nada menos...), y estas navidades me regalaron unas naranjas valencianas recién cogidas del árbol muy dulces, decidí probar a hacer la mermelada con ellos.

Una de ganchillo y de premios...

¡Hola hola!

Tengo que empezar esta entrada agradeciendo a Maite del blog Maite's Sweet Food su cariñoso comentario y su premio. ¡¡Sí!! ¡¡Otro premio!! Se trata del premio "Conóceme".

Como en otras ocasiones, son premios que se conceden a blogs de menos de 200 seguidores con el fin de darlos a conocer. No suelo tener mucho tiempo para contestar las preguntas que formula, en este caso, Maite, ni de premiar a otros 11 blogs, lo que hace que quizás me merezca menos el premio, pero sí tengo tiempo para hablaros de Maite.

No debéis dejar de pasaros por su blog. Encontraréis un montón de recetas de repostería super apetecibles y muy bien explicadas, especialmente sus cupcakes (¡creo que mis favoritos son los de mora!).
¡Ah! Y también tiene todas sus recetas traducidas en inglés.

¡Muchas gracias, Maite, otra vez!


Y como no todo va a ser comer, hoy os enseño otras cosillas que hago que no tienen nada que ver con las creaciones reposteras...

Me pidieron si podía hacer un detalle para un niño que acababa de nacer y, cómo no, otro para su hermana mayor (creo recordar que de un par de años de edad).

Yo no soy nada fan de encasillar el rosa para niña y el azul para niño, así que sólo por si acaso la madre de estos dos preciosos niños era de la misma opinión, me fui a comprar lana de bebé en tonos gris y blanco, que para bebé me parece que combinan perfectamente.

Para la mayor pensé en un gatito blandito, suave y con el que poder jugar. Como veis, los ojos y la nariz van hechos y cosidos con lana, para que no hubiera problema de que se pudieran soltar y que los peques se los traguen.

No me quedé con la medida del muñeco, pero por referencia con las manos podéis haceros una idea.

Y para el peque se me ocurrió un dado-sonajero. Primero hice el dado en el que metí un pequeño bote de plástico con unos granos de arroz para que hiciera de sonajero, y después le cosí los puntos del dado en fieltro rojo.

Y como lo más probable es que se pasen más tiempo en el suelo que en otro lado, los dos son perfectamente lavables.

A los peques y a su madre al parecer le gustaron mucho. ¿Qué os parecen?


P.D: Estoy enlazando esta entrada en la fiesta de enlaces núm 51 del blog Personalización de blogs.

Casa de galleta de jengibre

¡Hola hola!

Ya hemos acabado con la época navideña, pero no quería dejar de enseñaros mi gran obra de arte navideña.
En los inicios del blog os contaba que me había metido en esto de las galletas decoradas empezando con los típicos hombrecillos de jengibre y, poco a poco, ya habéis ido viendo cómo voy evolucionando...

Pues después de los hombrecillos la siguiente cosa que me apetecía hacer era una casa de pan de jengibre o galleta de jengibre. Me parecía muy difícil, así que hasta este año no me he lanzado, pero nada que ver. Es muy fácil, aunque laborioso, eso sí.

Hoy os enseño las fotos de la casa, pero la receta y elaboración de las galletas os lo contaré en otra entrada, para no eternizarnos.

Lo primero que hay que hacer es el diseño de la casa. Llamadme friki, loca, o quizás sólo sea deformación profesional, pero yo me lo hice con AutoCad, para poder imprimirlo a escala como dios manda. Por supuesto, esto no es necesario y de hecho hay algunas páginas donde encontraréis diseños ya listos para imprimir.

Total, que cortamos la masa de galleta con nuestro diseño. Yo quería hacerle unas ventanas de "cristal", que se hace, por ejemplo, poniendo unos trozos de caramelo del sabor que sea (en mi caso de limón) antes del horneado. Os dejo una foto para que veáis a qué me refiero:

Una vez horneadas las piezas y ya frías, sólo queda montar y decorar. Yo preferí decorar primero con algunos detalles, aún a riesgo de que en el montaje se pudiera estropear algo, porque me parecía más fácil. Así que se decora, se deja secar bien y se monta.

Lotería comestible

¡Hola hola!

Ya os había enseñado mis inicios con el papel de azúcar. Me pareció tan práctico que decidí usarlo para estas galletas.

Hace años comparto algo de lotería con familia y amigos y normalmente nos mandamos el número que jugamos en un mensaje o con una foto. Este año se me ocurrió la idea de imprimir el décimo en papel de azúcar y mandarlo en forma de galleta, bueno, de galletón, porque el décimo que veis en la foto es prácticamente de tamaño real y la galleta es como 1 cm más ancha todo alrededor.

La galleta, por aclamación popular, tenía que ser de chocolate, y lleva una capa de fondant sobre la que pegué el papel. Para disimular los bordes, hice una especie de cenefa de glasa con la boquilla de hojas y unas mini florecillas de fondant.