29 agosto 2013

Al rico carbayón

¡Hola a todos!

Hoy os traigo una receta bastante sencilla de un dulce espectacular. Se trata de los carbayones.

Para los que no los conozcan, los carbayones son unos dulces típicos de Oviedo. Su historia se remonta al año 1924 en el que representaron a Oviedo en la I Feria Internacional de Muestras de Gijón, que hace apenas unos días acaba de terminar su 57 edición. Los dulces originales se venden en la pastelería Camilo de Blas y dudo que esta que os traigo sea la receta original, pero por lo menos se parece bastante. 

Esta receta se hace por partes, así que vamos allá:



Para la primera parte necesitamos:

- hojaldre
- 1 huevo
- 125 g de almendra molida
- 125 g de azúcar

La forma de los carbayones de verdad es como de magdalena alargada, pero como no tenía esos moldes, cogí la bandeja que tengo para hacer magdalenas normales o cupcakes.

Engrasamos el molde y forramos cada hueco con hojaldre. Lo presionamos bien. No consiste en que crezca como un milhojas, así que que no os dé miedo aplastarlo demasiado.
Mezclamos los ingredientes anteriores haciendo una pasta homogénea y rellenamos los moldes algo más de la mitad. 
Horneamos a 180º unos 20 minutos y como siempre comprobamos a ver si está pinchando con un palillo y viendo que salga seco.
Desmoldamos y dejamos enfriar en una rejilla.

A mi me quedaron algo así:




Como veis, el hojaldre creció bastante, así que tenía que haberlo aplastado más o darle más pasadas de rodillo para dejarlo más fino.

Para la crema de cobertura necesitaremos:

- 3 huevos
- 300 g de azúcar
- 275 cl de agua
- 75 g de harina

Mezclamos los huevos, 200 g de azúcar y la harina hasta conseguir una mezcla homogénea.
Hacemos un almíbar con 100 g de azúcar y el agua. Una vez hecho, lo vamos echando en la mezcla anterior en forma de hilo muy fino, poco a poco, mientras vamos mezclando bien. 
Ponemos esta mezcla al fuego hasta que hierva sin dejar de remover, porque se pega enseguida. Una vez que hierve veréis que engorda enseguida y lo apartáis del fuego para que enfríe un poco.

Mientras enfría, hacemos un almíbar con medio vaso de agua, medio vaso de ron y medio vaso de azúcar. 

Emborrachamos los carbayones con este almíbar con cuidado de no mojar el hojaldre para no estropearlo, y a continuación cubrimos con la crema.

A mí me quedaron así:





Los carbayones de verdad tienen además un glaseado final, lo que contribuye a que para algunos resulte un pastel muy dulce y contundente. Yo no se lo puse y la verdad es que para mi gusto, ya están así bastante dulces.

Un postre ideal para tomar con el café (si no habéis comido mucho) o como merienda.





No me puedo resistir a poneros una foto del resultado una vez hincado el diente. El relleno de almendra queda superjugoso y la crema luego queda más consistente, pero este estaba casi recién hecho y aún estaba pelín tibio.





¡Animaos a hacerlos y contadme cómo os quedaron!


P.D. Estoy enlazando esta entrada en la fiesta de enlaces 53 del blog Personalización de blogs.

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